El cultivo de la marihuana puede ser una experiencia gratificante si se sigue una serie de pautas básicas para asegurar que las plantas crezcan sanas y fuertes. Aquí te damos algunos consejos clave:
Las plantas de marihuana requieren mucha luz para crecer. Si cultivas en interiores, asegúrate de usar luces de cultivo de alta calidad y mantener un ciclo de luz adecuado: 18 horas de luz y 6 horas de oscuridad durante la fase vegetativa, y 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad durante la fase de floración.
El riego es crucial. No sobre riegues las plantas, ya que el exceso de agua puede causar problemas de raíz. Asegúrate de que el sustrato esté seco antes de volver a regar. El agua debe ser de buena calidad y sin cloro.
Las plantas de marihuana necesitan nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio. Utiliza fertilizantes específicos para marihuana y sigue las recomendaciones del fabricante para evitar la sobrealimentación.
Mantén una temperatura adecuada en el área de cultivo, idealmente entre 20°C y 25°C durante el día y ligeramente más fresco por la noche. La humedad también es importante; asegúrate de que el ambiente no esté demasiado húmedo para evitar el crecimiento de hongos y moho.
Una buena ventilación es clave para el crecimiento de las plantas. Asegúrate de que el aire circule adecuadamente para prevenir problemas de moho y mejorar la salud general de las plantas.